“Yo leía un libro. No importa cuál. Lo importante es que estaba leyendo un libro cuando empezó la historia.”
Héctor Germán Oesterheld, El Eternauta (1957)
En la era digital, vivimos la paradoja de que los medios sociales socavan lo social, erosionando la cohesión comunitaria. A pesar de una hiperconectividad sin precedentes, el contacto reemplaza a la relación, y la superficialidad de las interacciones digitales aísla, transformando al «tú» en un «ello», y exacerbando la angustia en una sociedad cada vez más narcisista. Frente a este desafío, la biblioterapia se erige como un antídoto crucial, utilizando la lectura para fomentar la introspección, la empatía y la reconstrucción del sentido, ofreciendo un puente hacia conexiones humanas más profundas y significativas.
La biblioterapia, entendida como el uso intencional de textos literarios con fines de reflexión y transformación personal, se revela como una estrategia eficaz para explorar el sentido de la vida, gestionar emociones y reconstruir vínculos sociales (Losada & Román, 2021).
Este artículo propone una reflexión sobre cómo la biblioterapia puede convertirse en un recurso activo frente a los efectos deshumanizantes de la hiperconectividad, promoviendo el cultivo de la esperanza y la empatía. Se integran aquí perspectivas de la literatura argentina, análisis de la narrativa audiovisual popular, e incluso escenas museísticas y religiosas que visibilizan la tensión entre la presencia real y la conexión digital.
La erosión del vínculo humano en la era digital
En sociedades hiperconectadas, la comunicación digital ha sustituido al contacto humano profundo. La interacción mediada por dispositivos tecnológicos muchas veces se reduce a lo funcional, debilitando el reconocimiento del otro como sujeto con alteridad. Como advierte Byung-Chul Han (2022), la digitalización no produce comunidad, sino una «proximidad funcional», que no construye vínculos, sino que los fragmenta.
En este panorama, la esperanza emerge como una categoría ética y política. Han (2024) retoma este concepto como motor de resistencia ante la lógica del miedo y la fragmentación social. Mientras Arendt (1958) propuso la natalidad como origen de lo nuevo, Han critica su omisión de la esperanza como fuerza constitutiva de la acción humana: “Vivir es tener esperanza, y solo quienes la conservan en medio del dolor pueden abrir nuevas posibilidades para la vida” (Han, 2024, p. 47).

Típica noche en Times Square (abril, 2025), con multitudes caminando entre luces brillantes y enormes pantallas publicitarias. Muchos transeúntes usan sus teléfonos celulares para sacar fotos, grabar videos o hacer llamadas, reflejando cómo la tecnología es parte inseparable de la experiencia turística. En medio del dinamismo urbano, el paisaje luminoso y digital convierte a este lugar en un ícono de la vida contemporánea: lleno de movimiento, estímulos visuales y conexiones constantes.

Interior de la icónica tienda Apple en la Quinta Avenida de Nueva York, un verdadero templo del consumo tecnológico. Rodeados de diseño minimalista y árboles interiores, los visitantes prueban dispositivos como MacBooks e iPhones, en un espacio que fusiona experiencia, innovación y deseo de pertenecer al mundo Apple.

Máquina expendedora iStore ubicada en el aeropuerto La Guardia de Nueva York, diseñada para ofrecer tecnología al instante. En ella se pueden adquirir auriculares, cargadores, adaptadores y otros accesorios electrónicos de manera rápida, sin interacción humana. Es un claro ejemplo del consumo tecnológico inmediato, donde la urgencia y la conectividad constante transforman hasta la espera en el aeropuerto en una oportunidad de compra.
El Eternauta: aislamiento, esperanza y vínculo humano en la cultura popular argentina
En este contexto, la serie argentina de Netflix El Eternauta, basada en la icónica historieta de Héctor Germán Oesterheld, ofrece un poderoso ejemplo de la paradoja entre el aislamiento y la necesidad de conexión. A pesar de la amenaza de una invasión alienígena que aísla a Buenos Aires bajo una nevada mortal, la narrativa destaca la resiliencia humana y la emergencia de la solidaridad y el sacrificio colectivo como fuerzas para la supervivencia. La búsqueda de Juan Salvo por su familia y su disposición a unirse a otros en la lucha contra un enemigo común ilustran cómo, incluso en el aislamiento forzado, la necesidad de vínculo y la esperanza de un futuro mejor pueden movilizar acciones positivas.
Algunas frases de la serie funcionan como ejes biblioterapéuticos: “Lo viejo funciona” (Favalli) reafirma la necesidad de sostener tradiciones que nos vinculan; “Todos necesitamos confiar en alguien” (Favalli) subraya la importancia de la confianza como base del vínculo humano; y “Nadie se salva solo” (Juan Salvo) condensa una verdad fundamental en tiempos de aislamiento emocional.


Características destacadas de la imagen original del Eternauta:
• Traje protector: improvisado con elementos caseros como plástico, goma y cinta, refleja el ingenio ante la adversidad. La estatua lo retrata en un tono verde apagado, sin ornamentación heroica, reforzando su carácter humano.
• Máscara con visor y filtro: cubre el rostro por completo. En la escultura, el visor es opaco, desdibujado, evocando la idea de que el Eternauta puede ser “cualquiera de nosotros”.
• Guantes y botas: fundamentales para la protección integral, se muestran gastados, como testigos de su lucha constante.
• Arma larga y cartuchera: representan los escasos medios de defensa ante la invasión, reforzando el mensaje de resistencia civil organizada.
El Eternauta en el espacio público: símbolo de resistencia antes del furor de Netflix
La escultura que aparece en la imagen representa al Eternauta, uno de los personajes más icónicos de la historieta argentina. Forma parte del Paseo de la Historieta de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), un circuito cultural emplazado principalmente en el barrio de San Telmo, que rinde homenaje a los grandes personajes del cómic nacional. Su instalación, en el año 2016, antecede por varios años al estreno de la serie de Netflix (2024), reafirmando el valor simbólico y político que esta obra ya poseía en la memoria colectiva argentina.
Más que un simple homenaje a una historieta, esta escultura se erige como un símbolo de memoria, identidad y lucha colectiva, especialmente significativo en el contexto de la historia argentina reciente. El Eternauta es, en palabras de Oesterheld, el héroe en el que todos podemos convertirnos cuando nos enfrentamos a lo imposible.

La Estampilla de El Eternauta: Un Símbolo de Patrimonio y Resistencia
En 1998, el Correo Argentino inmortalizó a El Eternauta en una estampilla oficial, reconociendo el profundo valor simbólico y cultural de la icónica historieta de Héctor Germán Oesterheld y Francisco Solano López. Más allá de su género de ciencia ficción, Esta emisión, previa a la privatización total del Correo, se erige hoy como un valioso testimonio histórico de cuando el Estado aún legitimaba a sus creaciones populares como parte del patrimonio nacional y la memoria colectiva
Turismo social, lectura y encuentro en la Argentina de la década del 40
Un ejemplo elocuente de cómo la lectura formaba parte de los vínculos humanos lo ofrece el Complejo Turístico de Chapadmalal, inaugurado en 1945 como símbolo del turismo social. En aquel contexto, sin pantallas omnipresentes, las vacaciones implicaban conversaciones cara a cara, lecturas compartidas en la playa y construcción de comunidad desde el diálogo. La lectura era un puente hacia la interioridad y la conversación, una forma de terapia colectiva espontánea.

Este conmutador telefónico del Complejo Chapadmalal (1945) nos recuerda otro tipo de conexión: la humana. Las charlas se pedían por operadora. Pieza del Museo del Complejo Chapadmala

Marzo 2025, Hotel Estelar Cartagena
En plena temporada alta, la piscina del lujoso hotel cinco estrellas Estelar de Cartagena ofrece un paisaje paradójico: palmeras, sol caribeño y reposeras ocupadas por turistas… conectados a sus celulares. Esta escena ilustra un fenómeno cada vez más común: la imposibilidad de desconectar incluso en los espacios diseñados para la desconexión. La tecnología se impone incluso en el ocio, desplazando el contacto humano y el descanso genuino.
Tecnología y memoria: reflexión desde el MoMA de Nueva York década de los 90
En el Museo de Arte Moderno de Nueva York, la exposición del teléfono celular Motorola V3682 de 1996 invita a pensar en cómo los dispositivos reconfiguran la experiencia subjetiva. Así como el Walkman transformó la relación con la música, el celular convirtió la privacidad en algo portátil. En este cruce entre historia del diseño y biblioterapia, se evidencia cómo los objetos tecnológicos median la emocionalidad: “Expanding one’s metaphysical sphere beyond one’s physical confines” (expandiendo la esfera metafísica más allá de los confines físicos).

En el prestigioso Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York, un humilde Motorola V3682 de 1996. Este dispositivo, y otros de su clase, no solo conectaron personas, sino que redefinieron nuestra relación con el espacio, el tiempo y la propia identidad en la era digital
Humor gráfico en el 2015
Una viñeta de Erlich (Clarín, 2015) retrata con humor la mutación subjetiva que implica vivir en línea: el personaje “se muda a Internet”. Esta imagen, utilizada con fines biblioterapéuticos, puede operar como disparador introspectivo. Según Kabat-Zinn (2003), el mindfulness digital requiere recuperar el presente frente a la fragmentación de la atención. La biblioterapia cumple aquí un rol crucial: restaurar la presencia mediante el diálogo con textos simbólicos.

Lo sagrado también se digitaliza en 2025
Durante una visita a la Catedral de San Patricio en Nueva York, se observa un fenómeno revelador: donaciones religiosas gestionadas por código QR. La espiritualidad, históricamente asociada al ritual presencial, se ve ahora mediada por la tecnología móvil. Como advierte Han (2022), lo digital no produce cercanía auténtica, sino una ilusión de conexión sin comunidad.

El regreso a lo esencial
En una era marcada por la sobreinformación, el aislamiento emocional y el predominio de lo efímero, la serie de Netflix El Eternauta irrumpe como una poderosa metáfora de resistencia, comunidad y reencuentro con lo esencial. La emblemática obra de Héctor Germán Oesterheld —revisitada ahora a través del cine— no solo revive un clásico de la historieta argentina, sino que reactualiza su mensaje, interpelando nuestra necesidad de sentido, memoria colectiva y esperanza.
A través de la identificación, la catarsis y la introspección, emergen nuevas comprensiones del sí mismo y del mundo, abriendo la posibilidad de reparar vínculos internos y externos. En el caso de El Eternauta, el relato de una Buenos Aires devastada por una nevada mortal se convierte en un espejo perturbador pero necesario: evidencia la fragilidad del orden cotidiano, la urgencia del compromiso colectivo y la potencia de la resistencia desde lo común. Esta narrativa conecta con la esencia de la biblioterapia, al ofrecer no solo una historia atrapante, sino una vía para pensar nuestra propia ubicación en el tiempo, el miedo, la solidaridad y el futuro.
En este sentido, la literatura y el arte audiovisual argentino —desde Borges hasta El Eternauta— constituyen herramientas terapéuticas de primer orden. No solo entretienen: sanan, interpelan y construyen comunidad simbólica. En contextos de fragmentación, brindan una oportunidad para pausar, reflexionar y reencontrarse con lo humano esencial.
Frente a la hiperconectividad vacía y la desvinculación afectiva, la biblioterapia ofrece un espacio íntimo de pausa y reconexión. Obras como El Eternauta funcionan como puentes narrativos que permiten volver a lo que importa: la solidaridad, la memoria, la empatía y la búsqueda compartida de sentido. En definitiva, leer —o mirar con conciencia— sigue siendo un acto radical de resistencia y sanación en tiempos deshumanizados.
Referencias
Arendt, H. (2024). La condición humana. Paidós .
Han, B.-C. (2024). El espíritu de la esperanza: Contra la sociedad del miedo (A. Ciria, Trad.). Herder Editorial.
Kabat-Zinn, J. (2003). Mindfulness en la vida cotidiana: Donde quiera que vayas, ahí estás. Editorial Kairós.
Lemos, A. (2008). Cibercultura: Tecnologia e vida social na cultura contemporânea. Sulina.
Losada, A. V., & Román, A. M. (2021). Biblioterapia: Recomendaciones terapéuticas de libro en la autoterapia ampliada. Informatio, 26(2), 70–86.
Oesterheld, H. G., & Solano López, F. (2017). El Eternauta (Edición definitiva). Doedytores.
El Eternauta (Serie de TV). (2024). Netflix.
Viñeta de Erlich. (2015, 16 octubre). Clarín. Buenos Aires.
Cómo citar este artículo:
Román, A. M (2025) Nadie se salva solo, los efectos deshumanizantes de la hiperconectividad [Día Mes, Año de la consulta on line]