El bienestar en la cultura
Una mirada desde lo empírico y la episteme
Una mirada desde lo empírico y la episteme

Imaginación y fantasía frente al prejuicio y obstáculos de los reclusos

Tiempo de lectura: 5 minutos

Ortega y Gasset  postula el ensimismamiento como una capacidad exclusivamente humana. Refiere Ortega y Gasset que el hombre se define y caracteriza, principalmente, por disponer de la capacidad creadora, inventiva, y fantástica, que se halla en el núcleo de la realidad humana. Por eso el autor señala la importancia en el hombre del imperativo de invención, postulando que su facultad primordial  es la fantasía.

Una institución total de encierro como la cárcel, claramente atenta contra estos atributos de los hombres, despojando de lo más humano que tienen, y volviéndolos en este sentido, meros animales, que sólo comen, duermen y respiran

No obstante, Es probable que un individuo que se encuentre en la cárcel tenga el interés de poder utilizar su tiempo de forma constructiva, con la posibilidad de que pueda convertirse en un usuario de la biblioteca y que la misma pueda brindarle una gran cantidad de oportunidades. La posibilidad de acceder a materiales vinculados con el mundo laboral exterior cuando recupere su libertad, el enriquecimiento de su vida espiritual y creativa al interior de la prisión, el despertar de la imaginación y capacidad inventiva, el distraerse de su realidad inmediata por intermedio de la lectura y las ficciones literarias, constituyen un gran abanico de formas que el acto de leer realiza sobre el lector en contextos de encierro.

Como refiere Clemente, la lectura de un libro contiene valores que al proyectarse en nosotros pueden hacen resurgir sentimientos estéticos que aguardan su oportunidad liberadora. De allí que la experiencia de leer otorgue la sensación de libertad y el habitar otros mundos diferentes a los de uno, hecho que enriquece la propia vida con nuevas situaciones que muchas veces no se tendrían la posibilidad de vivir.

De allí  se desprende que la lectura en un espacio como el carcelario debiera ser un acto casi indispensable a promover e incentivar entre los hombres privados de su libertad, ya en un sentido se podría postular que es de las mejores herramientas para contrarrestar el sufrimiento y la deshumanización que caracteriza a ese tipo de instituciones.

Una dificultad muy significativa que obstaculiza el contacto del preso con la lectura es la existencia del prejuicio (tanto propio como externo), que desalienta el desarrollo cognitivo e intelectual del recluso al ser considerado desde varios sectores como un sujeto no merecedor de determinados derechos (como, en este caso, el acceso a la lectura). Según Ackerman y Jahoda  el prejuicio es una pauta de hostilidad en las relaciones interpersonales, que se dirige contra un grupo entero o contra sus miembros individuales; cumpliendo una función irracional específica para quien lo sustenta.

En la conformidad de las costumbres dominantes, hay un cierto consenso generalizado que desacredita y prejuzga al recluso desde diferentes aspectos, argumentando que no debe tener contacto con los materiales de lectura, ya sea porque se lo define como un ser maligno y nocivo, irrecuperable, que no debe tener los mismos derechos que el resto de los ciudadanos en libertad; porque posee una limitada o nula intelectualidad y falta de comprensión lectora; porque directamente no cuenta con inquietudes intelectuales; porque es torpe y rudimentario; o porque el Estado no necesita invertir en los presos, entre otras consideraciones.

Los prejuicios sobre los presos terminan arraigándose y penetrando muy hondo en los propios reclusos, quienes se autoconvencen de que no necesitan un desarrollo personal, cognitivo e intelectual. Esto, a su vez, se relaciona con la baja autoestima que los presidiarios van desarrollando en este contexto de encierro.

Desde nuestra perspectiva, resulta fundamental erradicar estos prejuicios y estigmatizaciones, y valorar a la persona encarcelada y a la que es ex-recluso en toda su dimensión humana

Contribuir a una mayor aceptación del “otro” que representa el ex-recluso, y a partir del conocimiento de sus propios imaginarios sociales, tratar de elaborar propuestas de promoción de la lectura en el marco de las bibliotecas en cárceles, analizando también la influencia de la experiencia carcelaria sobre el sentido de la vida de estas personas. Profundizar en estos aspectos de la vida de los exreclusos permite planificar mejor las políticas públicas dirigidas tanto a esta población como a quienes se encuentran privados de libertad.

Referencias

Cómo citar este artículo formato APA

Román, A M. (2019). Imaginación y fantasía frente al prejuicio y obstáculos de los reclusos https://antonioroman.info/imaginacion-y-fantasia-frente-al-prejuicio-y-obstaculos-de-los-reclusos/ [Día Mes, Año de la consulta on line]